El principal objetivo de esta investigación se centró en el análisis del estilo atribucional y la tríada cognitiva negativa, solos y en conjunción con el nivel de fracaso previo, como factores de predisposición a la depresión y al fracaso académico; pero al mismo tiempo, analizamos la posibilidad de predecir dichos estilos cognitivos, a partir de los niveles previos de depresión o de la vivencia de una situación negativa. Para ello, utilizamos un diseño prospectivo con dos mediciones de las cogniciones y de los niveles de depresión, separadas cuatro meses. Los resultados señalan en primer lugar, la mayor relación de las cogniciones medidas a través del CTI (tríada cognitiva negativa) que las medidas a través del ASQ (estilo atribucional) con la depresión. En cuanto a la capacidad predictiva, el hallazgo más importante fue que los niveles de depresión dependen fundamentalmente de los niveles previos de la misma. Una vez controlada su influencia, ninguno de los factores cognitivos es capaz de explicar la varianza restante en la medida de depresión posterior. Por el contrario, la forma en que el sujeto piensa sobre sí mismo, sobre sus relaciones en el mundo y sobre el futuro, así como la manera en que busca explicaciones sobre los sucesos que le ocurren, sí parecen estar influidas y determinadas por el estado emocional del momento. Finalmente, existe una escasa relación entre las puntuaciones de ejecución y fracaso académico con las variables cognitivas y la depresión, aunque sí aparece un efecto inmediato del fracaso académico sobre el estado emocional. La importancia teórica y aplicada de dichos hallazgos se relaciona con la posibilidad de mejora y sobre, prevención de recaída de la depresión.