El objetivo del estudio fue analizar cómo el moldeamiento cerebral proporcionado por el protocolo de ritmos sensoriomotores (SMR), aplicado sobre áreas somatosensoriales, afecta al dolor, al sueño y a la calidad de vida de mujeres con fibromialgia. Participaron 37 mujeres con fibromialgia a quienes se les aplicó un protocolo de SMR durante 20 sesiones y fueron evaluadas antes y después del tratamiento. Los datos mostraron un aumento de la amplitud de los SMR (p= 0,026) y una disminución de la amplitud de la banda zeta (p= 0,011) en la corteza somatosensorial tras la aplicación de la terapia, lo que provocó un aumento de la ratio SMR/zeta (p= 0,048). Además, mejoraron significativamente las puntuaciones en la “Escala de dolor crónico” (p= 0,002), el “Índice de calidad del sueño de Pittsburgh” (p= 0,001) y la “Encuesta de salud” (SF-36) (p= 0,000). El protocolo SMR aplicado en la corteza somatosensorial favorece el moldeamiento de los SMR, lo que repercute en la inhibición estimular del sistema nervioso central de los pacientes con fibromialgia mejorando síntomas como el dolor, el sueño y la calidad de vida.