En las últimas décadas han aumentado las tasas de depresión y ansiedad en adultos emergentes en comparación con otros grupos de edad. El objetivo del estudio fue examinar la relación entre inteligencia emocional y problemas psicológicos, teniendo en cuenta el rol mediador de los factores emocionales como empatía, autoestima y felicidad. Participaron 399 jóvenes adultos (M= 20,38; DT= 2,46; 76,9% mujeres) que completaron un dosier de evaluación que incluía medidas de inteligencia emocional, empatía, autoestima, felicidad, síntomas emocionales y quejas somáticas. Se estimó un modelo de ecuaciones estructurales (SEM) con análisis de mediación. La inteligencia emocional se asoció positivamente con felicidad, empatía y autoestima y negativamente con ansiedad, depresión, estrés y quejas somáticas. La felicidad fue la variable mediadora más relevante en la relación entre inteligencia emocional y síntomas emocionales. Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de promover el desarrollo de las habilidades emocionales en los adultos emergentes, lo que fomenta un estado de ánimo feliz y una buena salud mental.