El estudio tuvo dos objetivos: 1) evaluar los efectos de un programa de intervención para desarrollar habilidades sociales (comunicación, empatía, regulación emocional) en variables conductuales, cognitivas y emocionales; y 2) explorar si el programa afectó diferencialmente en función del sexo. La muestra se configuró con 148 adolescentes de 13 a 16 años (83 experimentales, 65 control). El estudio utilizó un diseño cuasi-experimental de medidas repetidas pretest-postest con grupos de control. Se administraron cuatro instrumentos de evaluación antes y después del programa: “Actitudes y estrategias cognitivas sociales” (Moraleda et al. 1998/2004), “Cuestionario de empatía” (Merhabian y Epstein, 1972), “Inventario de inteligencia emocional” (Bar-On y Parker, 2000) y “Cuestionario de estrategias cognitivas de interacción social” (Garaigordobil, 2000). Los ANCOVAs pretest-postest evidenciaron que el programa potenció significativamente (p< 0,05) un aumento de: 1) conductas sociales positivas (conformidad social, ayuda-colaboración, seguridad-firmeza); 2) la empatía; 3) la inteligencia emocional (intrapersonal, interpersonal, estado de ánimo); y 4) las estrategias cognitivas de interacción social asertivas. El debate plantea la importancia de implementar programas para fomentar el desarrollo socioemocional durante la adolescencia.