En este trabajo analizamos la asociación entre ser testigo o víctima de violencia familiar en la infancia y ser agresor o víctima de violencia de pareja cuando se es adulto. La muestra está formada por 187 mujeres maltratadas (media de edad = 36, DT= 10 y rango 17-67) residentes en las Islas Canarias. Los resultados sugieren una relación moderada entre crecer en una familia agresiva y estar implicado en una relación de pareja violenta. La violencia en la infancia parece influir de forma diferente en hombres y mujeres. Los hombres que fueron testigo y víctima de violencia paterna agreden con mayor intensidad a sus parejas que los hombres que sólo fueron testigo y que los hombres sin antecedentes de violencia doméstica. Las mujeres que han sido testigo o testigo y víctima de violencia en su infancia, presentan niveles más altos de síntomas depresivos y somáticos que las mujeres sin historia familiar de violencia.