La relación entre la ansiedad y el consumo de sustancias psicoactivas se plantea como bidireccional: por un lado, el consumo continuado de una sustancia puede conducir a experimentar síntomas e incluso problemas de ansiedad. Por otro, algunos trastornos de ansiedad pueden cursar con un mayor consumo de ciertas drogas. La existencia de muchas y diferentes formas de consumir sustancias psicoactivas obliga a tener presentes las variables psicosociales que afectan al individuo que decide consumir este tipo de sustancias, así como las motivaciones que le llevan a este consumo. Pueden consumirse sustancias psicoactivas como mero rito de paso, búsqueda de placer, como un intento de huir de la soledad, con un afán de búsqueda de nuevas experiencias, de búsqueda de identidad, por motivos terapéuticos o por otras múltiples motivaciones. En cualquiera de los casos, la relación con el entorno social parece desempeñar un papel crucial en la relación entre la ansiedad y las adicciones a sustancias psicoactivas. Parece lógico que disponer de muchos recursos sociales puede protegernos de la ansiedad y del consumo de drogas. Sin embargo, algunos cambios sociales recientes, especialmente los asociados con la tecnología, puede producir incertidumbre en algunas personas. esta incertidumbre, asociada a la falta de habilidades sociales, puede llevar a algunas personas al consumo de drogas. A partir de este enfoque y del análisis de los últimos trabajos innovadores, se abordan los aspectos de evaluación y tratamientos psicológicos en los trastornos de ansiedad provocados por sustancias, buscando una intervención proactiva desde el punto de vista psicosocial y educativo, en la prevención del consumo de sustancias psicoactivas.