En este artículo se describe el tratamiento llevado a cabo con un niño de seis años que presenta trastorno de ingestión alimentaria en la infancia. La intervención se ha basado en un programa de entrenamiento a padres apoyado en el hogar con una economía de fichas. Los padres han recibido entrenamiento específico para favorecer la adquisición de habilidades que modifiquen las conductas problema y consoliden los efectos de la intervención con el niño. Los resultados obtenidos muestran, respecto a los padres, que éstos han adquirido e integrado las habilidades aprendidas lo que conlleva un reconocimiento en el aumento de la capacidad de afrontamiento ante nuevas situaciones problema. Con respecto al niño se observó asimilación íntegra según criterios establecidos de los nuevos hábitos, es decir, comer solo e ingerir comida sin triturar, así como un aumento en cantidad y variedad de comida ingerida. Como conclusión destacar la eficacia del control ambiental usado en el tratamiento por los padres así como la importancia de la economía de fichas en todo el proceso.